MANEJO DE RECURSOS NATURALES

Este programa tiene como objetivo generar un conjunto de acciones que puedan minimizar las causas que originan el deterioro y pérdida de los recursos naturales en el área, para lograr esto el programa se ha dividido en dos sub áreas:
• Rehabilitación y restauración ambiental
Corresponde a todas las labores de conservación que involucren intervención en terreno, incluyendo la viverización de plantas, control de especies invasoras, entre otros.
Este programa se enfoca principalmente en las formaciones de vegetación desde los 1.200 metros de altitud hacia abajo, que corresponde a los bosques que han sido más explotados, y como consecuencia necesitan más manejo para conseguir su desarrollo óptimo.
• Manejo de Actividad Ganadera
La ganadería ha sido reconocida como un agente de impacto para la conservación de las áreas silvestres, sin embargo es difícil encontrar iniciativas, inclusive en el SNASPE, de abordar y hacerse cargo de este problema que está extendido por todo el país, y en la mayoría de los países de Latinoamérica, y que además presenta un problema de alta complejidad abarcando muchas áreas de estudio (ecología, veterinaria, agronomía, antropología, conservación, entre otras), con aristas que probablemente son todavía desconocidas.
Hasta el momento se ha estimado el problema del ganado como uno de los más extensivos dentro de la Reserva Natural Altos de Cantillana, identificando 3 grandes agentes de impactos:
- El ganado en sí mismo genera diferentes impactos como erosión, perturbación de la vegetación, disminución de la regeneración de especies vegetales amenazadas (Belloto del Norte, Avellanita, Roble de Santiago, entre otras).
- Malas prácticas de los arrieros, como uso de fuego indiscriminado, mal manejo de basura y deposiciones, contaminación de cursos de agua con jabones y shampoo, tránsito a caballo fuera de los senderos.
- Perros domésticos, usados para arriar el ganado, pero que también atacan fauna silvestre, y actúan como vectores de enfermedades típicas del perro doméstico, trasmitiéndolas a los carnívoros silvestres, y afectando su conducta por sobreposición de hábitat (Medina et al, 2012).
En este sentido, se requiere contar con áreas libres de ganado que permitan evaluar la recuperación de la vegetación y de áreas erosionadas en áreas libres de ganado, o las diferencias que puedan existir entre estas.